Conozco a una chica emprendedora que recientemente abrió una tienda de ropa.
Alquiló para su tienda una casa grande en una zona ejecutiva de la ciudad, con varios parqueos al frente. Compró los estantes, remodelo el lugar, lo pinto de blanco muy elegante y luego lo lleno de ropa juvenil muy bonita y moderna.
Contrató un par de dependientes para cubrir los turnos de atención al cliente y caja. Todo parecía muy bien hasta que con el paso de los días se dio cuenta de que atraía muy pocos clientes especialmente por el enorme centro comercial que aglutinaba a varios competidores a tan solo unas pocas cuadras.
Tal vez necesito más publicidad, pensó. Pero su presupuesto no daba para mucho así que gasto lo que quedaba de su capital en algunas vallas y campañas en redes sociales.
La frustración no tardo mucho en aparecer y la pregunta que rondaba su cabeza era ¿qué estaré haciendo mal?…
Validando tu idea de negocio
¿Te lanzarías un clavado a una piscina, sin agua?
Definitivamente que no. Sin embargo muchos emprendedores pensando que su idea es única y que por tanto cambiará el mundo y sus vidas para siempre cometen el error de lanzarse al agua con mucho entusiasmo pero poca estrategia encontrándose en el camino con una serie de obstáculos que lamentablemente en muchos casos terminan ahogando ideas geniales.
Aceptémoslo. Tener una idea de negocio hasta cierto punto es la parte fácil.
Pero, contar con una idea creativa, innovadora, rentable y de gran potencial para construir un gran negocio, eso es otra historia.
La diferencia entre un modelo de éxito o de fracaso seguramente reside en la posibilidad de validar la idea antes de hacer una gran inversión en todo lo que un negocio representa.
Pero, ¿qué es validar una idea?
Para definirlo en palabras sencillas, la validación de una idea es un proceso o una estrategia que te permite medir la posible aceptación de tu producto o servicio y la existencia de un mercado potencial que la convierta en una idea de negocios por la cual vale la pena luchar.
Y es que en la vida real pasan muchas cosas desde el momento de la concepción de una idea hasta el punto donde esta se convierte en un negocio rentable. Que es lo que todos al final deseamos.
Nadie crea un nuevo producto o lanza un nuevo servicio sin el interés de que este sea altamente atractivo para mucha gente. Sin embargo, la incertidumbre es el principal obstáculo a vencer en el proceso de ejecución de dicha idea.
Es por ello que nace el concepto de validación cuyo objetivo principal es reducir esa brecha de incertidumbre y acercar al emprendedor a la mayor posibilidad de éxito a través de hacer el panorama más claro.
Validar una idea tiene que ver con:
- medir el mercado
- estimar la aceptación del precio
- medir tu capacidad de inversión
- adaptar tu producto a las expectativas del cliente
- medir tu modelo frente al de la competencia
De ahí que el proceso de validación de tu idea de negocio debe realizarse como parte de todo el plan de ejecución del negocio y es una fase durante la cual podrás determinar con mayor claridad los costos en tiempo y dinero de continuar con el proyecto.
Así que antes de invertir en todo el desarrollo de creación del producto, abrir un local o bien de continuar con el montaje de la estructura de una nueva empresa, te sugiero realizar las siguientes preguntas que te ayudarán a poner en orden tus ideas:
- ¿Mi producto es una solución real para algún problema latente?
- ¿El problema tiene tal trascendencia que la gente pagaría por ello?
- ¿Has investigado si hay soluciones similares ya existentes?
- ¿Si la respuesta anterior es positiva, pregúntate: qué tan bien lo están haciendo?
- También pregúntate ¿que no están haciendo bien que yo podría hacer mejor?
Algunas estrategias para validar tu idea.
Plasma Tu Idea Con Detalle
Un primer consejo durante el proceso es describir tu idea con detalle. Un error común es pensar que la idea básica es suficiente para comenzar a trabajar.
Antes de ello es importante describir con claridad quién hará qué en el negocio y definir de dónde saldran los recursos. Responder a las preguntas más comunes como las que se describen en esta guía te ayudará a clarificar muchas interrogantes.
Plasmar cada detalle en papel es un ejercicio creativo que ayuda a darle forma a nuestro modelo de negocio y a detectar posibles imprevistos antes de ir sobre la marcha.
Producto Mínimo Viable (PMV)
Esta estrategia conocida consiste en desarrollar una versión mínima de tu producto que permita realizar todas las mediciones descritas arriba.
Un MVP o producto mínimo viable es esa versión de tu producto con las características básicas que con un costo mucho menor te ayude a determinar la aceptación por parte del mercado potencial.
De esta manera podrás obtener una gran cantidad de información de valor para poder alinear los objetivos de tu proyecto y darle la forma más precisa a la solución que pretendes comercializar, teniendo como base la retroalimentación que los clientes te brinden.
Comienza en Pequeño
Otra de las estrategias de gran valor, por muy simple que parezca es la idea de comenzar en pequeño.
Piensa en grande, pero comienza en pequeño dijo alguien muy sabio.
Esto tiene que ver con pensar en la menor infraestructura posible antes de lanzarte completamente a un proyecto de mayor tamaño.
Por ejemplo, no necesitas desarrollar una aplicación completa y pagar miles de dólares para darte cuenta que de pronto no era de la total aceptación de tus clientes.
Tampoco necesitas pagar toda la infraestructura de una tienda en línea y llenar una bodega de producto para comenzar a vender online.
Puedes iniciar con una landing page o con un par de líneas de productos para probar tu sistema de marketing online y tu logística para luego ir creciendo gradualmente.
Anota todo lo que arroje tu investigación
Para que la validación tenga un efecto positivo y efectivo es importante que anotes y analices todo lo que la gente te retroalimente durante el proceso de investigación.
Anota sus comentarios. Lo que les gusta, lo que no les gusta, lo que podrían mejorar. Anota su percepción respecto a precios, beneficios, desventajas, percepciones y cualquier cosa que te ayude a darle forma a tu solución.
“Si quieres ser millonario, resuelve un problema a un billón de personas”.- Peter Diamandis
Finalmente, analiza toda la información y haz mejoras graduales.
De hecho el proceso de validación es un ciclo en el que debes proponer, validar, medir y retroalimentar y volverlo a hacer hasta que tengas todo lo suficientemente claro y afinado para dar pasos más grandes y seguros.
Realizar este proceso de validación de una idea de negocio sin duda no hará que las cosas vayan más rápido, pero si te garantiza que llegarás a un puerto más seguro y que tus recursos serán optimizados de mejor manera.
Realizar pruebas y adaptar gradualmente tus productos puede tomar meses pero en definitiva es el camino más probable hacia un emprendimiento exitoso.
Fuente: https://www.1000ideasdenegocios.com/2018/11/como-validar-mi-idea-de-negocio.html