El emprendedor debe estar hecho de una pasta muy especial. Vivimos en una época donde se intenta convencer a la gente de que si no emprenden su propio negocio, sería como estar fracasando en la vida porque están ayudando a otros a cumplir sus sueños.
En este vídeo, del cual voy a dejar la transcripción debajo, no intento ni por asomo desincentivar al emprendedor, todo lo contrario. Simplemente pretendo que esta persona sepa que la imagen con la que se presentan a los emprendedores de éxito, donde se vende libertad horaria y riqueza, así como el hecho de ganar dinero mientras duermes o mientras estás en una isla exótica con una cerveza en la mano mientras el dinero está entrando a espuertas en tu cuenta bancaria, puede llegar, claro que sí. Pero antes de eso, deberás atravesar un camino muy sombrío que muy pocas personas pueden soportar.
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Lo que no te cuentan sobre emprender.
Si alguien te ha vendido un curso en el que te dice que el camino de la riqueza es fácil, espero que te sobrara el dinero, porque ese camino nunca es fácil. De ser fácil, todos lo lograrían. Y la realidad dice que un 80% de los emprendedores fracasan.
Hace un tiempo publicaba un artículo a raíz de una premiada publicación que se había hecho eco de varios testimonios de grandes empresarios de hoy, los cuales confesaron que lucharon contra dosis extremas de estrés y algunos contra la depresión. En la publicación también se hace mención a otros menos afortunados cuyos negocios les llevaron a quitarse la vida. Titulamos aquel artículo: El precio secreto de emprender tu propio negocio.
Os dejo con el vídeo.
Emprendedor: La verdad.
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Transcripción del vídeo:
Te bombardean con la idea de que emprender tu propio negocio es una forma de lograr la libertad, de trabajar cuando quieras, de no tener que soportar ya nunca más a jefes. De que vas a ganar un montón de dinero mientras duermes, y sobre todo, últimamente corre un mensaje que da a entender que si no eres un emprendedor, estas fracasando en la vida.
Y lo cierto es que hay algo de verdad en todo ésto, pero también hay muchas cosas que no se dicen y que te pueden acabar metiendo en problemas.
Soy partidario de que antes de entrar en cualquier lugar, sepas muy bien dónde vas a entrar, y más importante aún, no entres a ningún lugar del que no sepas salir o cómo vas a salir. Si en algún momento te has imaginado como emprendedor, sólo espero que lo seas por los motivos adecuados.
Olvídate del mensaje de libertad. No es cierto. No los primeros años. El camino del emprendedor no es una alfombra roja donde todo el mundo va admirar tu labor. No es un camino de rosas.
Será duro. Muy duro. Más duro de lo que ahora mismo puedes imaginar. Y habrá momentos en que lo pasarás mal, muy mal. Peor de lo que la mayoría de la gente puede soportar.
Es un camino en el que no hay garantías. Sólo riesgo. Un riesgo que muy pocos quieren tomar en base a una posible recompensa en el largo plazo. Es posible que ganes mucho dinero, pero antes de que ocurra eso, debes saber que es muy probable que tengas apuros económicos. Más apuros de los que tenías antes de buscar esa libertad financiera mediante el emprendimiento.
Es cierto, no vas a tener que soportar a esos jefes capullos, porque ahora el jefe serás tú. Seas un Jefe capullo o no, ahora tendrás que soportar clientes, proveedores, bancos y empleados. Para hacer dinero mientras duermes vas a tener que perder el sueño antes de que eso llegue.
Para ganarte la libertad deberás ser un esclavo durante algún tiempo. A veces mucho tiempo, y a veces la esclavitud no acaba.
Es cierto, trabajarás cuando quieras, pero si emprendes para trabajar cuando quieras cegado por la visión que te han vendido de emprendedor tumbado en una hamaca mientras recibes cheques para pagar tu lujoso estilo de vida, te has equivocado de profesión.
Esa imagen le queda bien al que te vende el curso para hacerte rico, pero no es real. No los primeros años.
Tus ingresos serán menores de los que calculaste, y tus gastos serán mayores de los que pensaste. las ventas tardarán en llegar más tiempo del que pensaste.
Sufrirás, y por momentos dudarás si elegiste el camino correcto. Habrá días en los que te dirás a ti mismo que no estabas tan mal como estabas, que al menos tenías seguridad, cuando ahora la inseguridad te acompaña cada día, y mucho mas en esos días en los que levantarte por la mañana para afrontar problemas y complicaciones será parte de tu rutina diaria.
Entonces piensas que todo mejorará, pero lo cierto es que la situación empeora.
Es cuando te das cuenta que por muy mal que esté la cosa, ésta puede empeorar siempre algo mas. Te plantearás renunciar y probablemente no lo harás, no porque no tengas ganas, sino porque te da pánico que el resto de la gente se entere que has fracasado, cuando irónicamente, lo cierto es que el fracaso forma parte de esta profesión.
Pero no te equivoques. No dependerá de la suerte, ni tampoco de tu talento.
La suerte es algo que fabricamos con el esfuerzo en la dirección correcta. Y en cuestión de talento, probablemente haya miles de personas con mas talento que tú, mucho mas inteligentes que tú. Sólo podrás vencerlas con determinación y adquiriendo una ventaja competitiva que a menudo se encuentra en doblar el esfuerzo.
En cualquier caso, encontraras el éxito asumiendo riesgos, siendo persistente, trabajando duro y con determinación. Es decir, encontraras el éxito haciendo exactamente lo mismo que hace aquel que se topa con el fracaso.
Exacto, esto tampoco te lo dicen, pero solo podemos saber los pasos que llevaron a una persona al éxito en retrospectiva. Es decir, si alguien ejecuta una idea cuando todo el mundo le dice que es una mala idea, pero acaba teniendo éxito, se convierte en un visionario.
Si fracasa, se convertiría en un loco cabezota que no hizo caso. El caso es que el cabezota y el visionario persistente, en el mundo de los negocios, son la misma cosa, pero no lo sabremos hasta ver si la cabezonería le lleva al éxito o al fracaso.
A esto se le conoce como el sesgo del resultado. Cuando emprendes, debes saber que el fracaso no es una opción para elegir, pero es una probabilidad que esta ahí. Si te asusta fracasar, emprender no es para ti.
Si emprendes únicamente buscando ganar mucho dinero, emprender tampoco es para ti, pues dinero es precisamente lo que te va a faltar durante algún tiempo.
En nuestra cultura idolatramos a los grandes empresarios, y los idolatramos porque los vemos grandes. No vemos el trabajo y el esfuerzo ni esas luchas contra la ansiedad y en algunos casos contra la depresión.
Batallas que estos empresarios sufrieron en silencio, porque en nuestra misma cultura esta mal visto mostrar este tipo de estado mental. Podría asociarse con debilidad.
Si emprendes porque realmente crees en la idea de que puedes mejorar el mundo y la vida de otras personas, si emprendes sabiendo que el camino será duro, que vas a trabajar más horas que el resto y que no hay garantías de éxito, Si emprendes sabiendo que el fracaso no te va a hundir… si emprendes teniendo la convicción de que lo haces por un propósito mas grande que tú mismo… entonces, el camino seguirá siendo duro, pero emprender, sí es para ti.
Así que si tienes pensado emprender, ademas de los típicos consejos que se han repetido hasta la saciedad, quédate con este otro consejo que no te contarán en las escuelas de negocios.
Imagina el escenario más sombrío que puedas proyectar en estos momentos: Cansancio, desconcierto, frustración, estrés, ansiedad… ahora multiplícalo por dos. Si una vez comienzas tu negocio, te encuentras que el camino ha sido mas fácil de lo que proyectaste en tu mente, enhorabuena.
Pero si el escenario se cumple, que es lo mas probable, al menos tú ya contaste con ello. Pero nunca emprendas porque alguien te ha dicho que será una vida mas cómoda y libre. Si lo haces, que sea porque te sientes cómodo allí donde otros no aguantarían.
No lo hagas porque te han dicho que si no tienes tu propio negocio habrás fracasado en la vida porque estás cumpliendo el sueño de otro. Ten en cuenta que los empresarios levantan las empresas gracias a que hay grandes profesionales que se suman a los sueños y proyectos de dichos empresarios.
Si lo haces, que sea porque emprender es tu forma de vida, porque es lo que sabes que tienes que hacer, porque vas a mejorar la sociedad, un servicio o la vida de las personas.
Solo así, independientemente de si tienes éxito o fracasas, habrá merecido la pena.
Si tienes éxito, no te duermas, pues ahí en la cima estarás a la vista de toda persona que tenga ganas de derribarte. Si fracasas, no será el final, sino el principio del próximo proyecto.
Con el paso del tiempo he cambiado mi forma de responder a la pregunta:
¿Cuál es la característica o rasgo más importante que debe tener un emprendedor para tener éxito?
Si bien se requieren de otros muchos rasgos y cualidades, hoy día la que considero mas importante es la fuerza mental para superar obstáculos y gestionar el fracaso.
Si no tienes estas dos características, de la misma forma que se aconseja a quien no sabe nadar que no se acerque al borde de las piscinas, tú no deberías acercarte demasiado al mundo de los negocios.
Fuente: https://negocios1000.com/2018/06/emprendedor-lo-que-no-te-dicen-pero-debes-saber.html