Si preguntamos cuál es el secreto del éxito, la principal respuesta que solemos encontrar es: tener una meta, planificar un plan para lograr dicho objetivo, trabajar duro, insistir, aprender de los fracasos que nos vayamos encontrando e insistir, + un poco de suerte. Y claro, a todo ésto debemos añadirle el tener una buena idea.
Y es cierto. Nadie puede decir que todos estos rasgos no sean necesarios para el éxito, pero probablemente no sea suficiente.
(Ver: 25 hábitos de las personas de éxito)
En el año 2015, había 1826 multimillonarios en todo el mundo. En ese momento había 7.300 millones de personas en el mundo, por lo que la probabilidad de que alguien que nace en cualquier lugar del mundo y que se convierta en millonario es del 0,000025%. Dicho de este modo, es una probabilidad similar a que te toque la lotería.
Pero no podemos decir que estos multimillonarios hayan llegado hasta ahí puramente por azar. Tampoco podemos decir que sea por trabajar duro, ya que no trabajan más duro que una persona que pone ladrillos en una obra durante 14 horas al día.
A lo largo de los últimos años, y tras leer decenas de libros y biografías de hombres de negocios y otro tipo de libros que hablan sobre el éxito, podríamos abarcar, probablemente no todos, pero sí algunos de esos secretos (que no son secretos) y que en ocasiones no nos detenemos a pensar.
1. Las puertas traseras.
Se suele decir que para el éxito no hay atajos. Pero eso no es del todo cierto. De hecho, creo que malinterpretamos el significado de «atajo hacia el éxito». Un atajo, por ejemplo, es encontrar un buen mentor o ir directamente a la fuente, en lugar de ir a los que te venden el agua.
A pesar de que se suele hablar de la importancia de superar obstáculos, las personas de éxito no son grandes fanáticos de «chocar» con los obstáculos. Ellos saben que que la puerta principal no es la única puerta de entrada para lograr sus metas. La mayoría de personas piden permiso para hacer ciertas cosas; los hombres de éxito saben que es mejor hacerlo, y luego ya pedirán perdón si es necesario.
Hablan de saltarse las reglas (no la ley), pues las grandes masas siguen unas reglas no escritas y estipuladas, y para lograr algo excepcional, por regla general no se consigue haciendo lo que hacen el resto.
2. El foco.
El mundo está lleno de distracciones, nuestro día a día también. Hoy es aún más grave: Whatsapp, redes sociales, el tiempo que perdemos viendo programas de televisión o leyendo noticias que nada nos ayudan a nuestro crecimiento personal. Amigos con mucho tiempo libre y compromisos que ni siquiera nos apetece cumplir. Política y fútbol se encargan del resto.
Es muy difícil enfocarse entre tanta distracción. Es por eso que los hombres de negocios de éxito saben que deberán decir NO a una gran cantidad de cosas. Aprenderán mientras otros se divierten y crearán valor mientras otros descansan. Esto podría parecer un sacrificio, pero lo cierto es que disfrutan haciéndolo.
Asimismo, saben que la multitarea es la manera ideal de no hacer nada, por lo que se han convertido en grandes gestores del tiempo. y es que el tiempo, como siempre decimos, es el mismo para todos, y la única forma de lograr una ventaja competitiva del tiempo, es la forma en que lo usamos.
3. El experto generalista.
Este término creo que se acuñó gracias a Charlie Munger, mano derecha de Warren Buffett y Vicepresidente de Berkshire Hathaway.
Y es que se ha hablado mucho acerca de la teoría de las 10.000 horas de práctica para dominar una habilidad. Pero el dominar una habilidad no te garantiza el éxito, pues hay personas con 40.000 horas de práctica, y no han logrado el éxito.
(Ver: Cuánto tiempo se requiere para el dominio de una habilidad)
Por ejemplo, y ésto lo he comentado en más de una ocasión, en mi caso personal, cuando me dedicaba a las ventas, era buen vendedor (a secas), pero cuando combiné algo de psicología y neurociencia, disparé mis resultados en ventas de forma fascinante.
Otro ejemplo: como ya sabéis, hace poco abrí el canal de Youtube, por lo que he observado que no importa lo bueno que seas en la temática que vas a tratar: vas a tener que pasar sí o sí por el aprendizaje en edición de vídeo, audio, etc…
O, por ejemplo, el caso de Steve Jobs, el cual reconoció que unos conocimientos inservibles en la universidad fueron los que posteriormente le ayudaron a crear el primer ordenador de la empresa.
(Ver: 6 defectos de Steve Jobs, que unidos, forman genialidad)
No obstante, no estamos hablando que el generalista sea capaz de vencer al experto, ni al contrario tampoco. Hablamos de esa zona donde se une el experto y el generalista. Esa zona morada del gráfico es la «zona encargada de llevarte al éxito».
Es por eso que suelen ser más creativos y tener ideas más innovadoras, así como la capacidad de llevarlas al público de una forma que sean rápidamente aceptadas. Dicho de otra forma, gracias a la unión de variedad de conocimientos y especialización, su mente es mucho más abierta a otro tipo de soluciones.
4. El éxito se logra con una secuencia de conversaciones: el arte de comunicar.
¿Cómo se logra que una gran cadena ponga tu producto en un lugar preferente? ¿Por qué te iban a prestar 1.000 millones para comprar aviones sin haber demostrado aún que tu negocio no es totalmente sólido y/o rentable? ¿Cómo lograr grandes acuerdos comerciales con empresas titánicas cuando tú aún eres un empresario pequeño y grande?
Todo ésto lo han hecho grandes empresarios como Richard Branson, Bill Gates, Steve Jobs….. ¿Cómo lo han hecho? Con sus habilidades de comunicación y con sus dotes de persuasión.
La comunicación es el primer pilar para convencer-vender. La mayoría de los grandes hombres de negocios son excelentes comunicadores. No es el caso del multimillonario Amancio Ortega (Zara), pues como todos sabemos, es una persona extremadamente tímida y sería la excepción que confirma la regla.
No obstante, Ortega se ha comunicado con su producto, y supo delegar correctamente en alguien con habilidades de comunicación y gestión empresarial, como es Pablo Isla.
Buffett reconoció que tuvo que asistir a cursos para aprender a hablar en público y perder así el miedo a la comunicación.
5. El fracaso como fuente de motivación.
Aunque este punto está muy quemado, no podemos obviar que la mayoría de hombres de éxito, de una u otra forma, siempre hablan de los fracasos como aprendizajes y no como una parte de su vida que quieran olvidar.
El fracaso es capaz de tumbar a una persona corriente y quitarle las ganas de volver a intentar otra aventura empresarial, mientras que a las personas de éxito les inspira (y esto no es motivación barata). No recuerdo qué empresario era el que decía que él veía el fracaso como un gol en contra en un partido que aún le faltaba mucho por acabar, por lo que recogía las lecciones aprendidas y salía a buscar la victoria nuevamente.
Estos hombres de negocios saben que únicamente deben tener éxito con una idea de negocio, y ese éxito tapará todos los fracasos.
6. El sentimiento de ayudar.
Puede parecer que en ocasiones, estos multimillonarios son unos hijos de p*** codiciosos, pero en la mayoría de casos, su negocio nació como una idea para ayudar a otras personas. El caso más notable es el de Richard Branson, del que sabemos que su éxito se ha logrado a raíz de que buscaba la forma de solucionar las quejas que los usuarios tenían con otras compañías.
Es decir, si muchos usuarios decían que volar era muy caro, Branson buscaba la forma de que pudieran viajar con más comodidad y mejor precio que en otras aerolíneas.
Y es que los hombres de negocios de éxito tienen la creencia de que el dinero que ganan es la recompensa de ayudar a otras personas a satisfacer sus necesidades con sus productos.
El propio Branson decía que «no hay empresa más triste que aquella que sólo hace dinero».
Mirémoslo de esta forma: Tony Robbins, en sus días, buscó la forma de ayudar a las personas a superar traumas y mejorar sus vidas y forma de pensar. Para ello, plasma las ideas en un libro. El libro se convierte en un best seller, y Tony Robbins gana millones gracias a la ayuda que ha proporcionado a millones de personas (traducido en libros que ha vendido)
Es por eso que uno de los consejos más repetidos de la mayoría de hombres de negocio que he leído es que, si sólo buscas la forma de ganar dinero, probablemente morirás sin mucho dinero en tu cuenta bancaria.
Y luego tendríamos también la importancia de rodearse de buenos equipos y de personas de valor, pero ese es un tema del que ya hemos hablado en diferentes ocasiones y no quiero repetirme.